Hoy en día, parece ser que el simple hecho de entretenerse con la lectura
te eleva por encima de otras personas que han elegido otras formas de
descubrir historias entretenidas con las que evadirse; como el cine, las
series, la televisón, y todo aquello que se preste a contarnos una
historia.
Últimamente he visto/leído mucho por ahí a gente hablando de niños, y no tan
niños, que tienen un amor por la lectura que ya se cree perdido o en
vías de extinción, como un pequeño rayo de luz en un oscuro y desolado
páramo cultural.
No termino de entender esta actitud, si bien es
cierto que tiene su razón de ser en que se presta mucha más atención a
otros medios de masas; hay una buena mayoría que lee, tal vez no en la
misma cantidad que antaño, como cuando no había televisión, cine o
internet; pero sigue habiendo lectores en el mundo,aunque no siempre lean libros, ya que la literatura
, al igual que la energía, no se crea ni se destruye; se transforma.
Ésto ya pasó hace
algo más de un siglo con lo que hoy conocemos como el séptimo arte, que
comenzó siendo una atracción de feria para los proletarios: un
entretenimiento banal para gente de "menor nivel intelectual".
Yo siempre he pensado que no es que se esté dejando de leer y/o de ir al teatro, sino que, simplemente, estos tienen menos visitantes tras la aparición de las nuevas formas de contar historias, no necesariamente tiene lo "viejo" que desaparecer para hacer hueco a lo nuevo.
Es cuestión de ser más abiertos y aprender a convivir con los nuevos miembros del equipo de medios de transmisión cultural; no abusemos "del nuevo" solo porque acaba de llegar.